Cúrcuma + Jengibre + Aceite de Oliva

CÚRCUMA:

La cúrcuma ha desinfectado heridas, combatido el acné, revertido manchas solares, bendecido a mujeres brindándoles un rostro radiante. Contiene un compuesto llamado curcumina, que está repleto de compuestos antioxidantes, antibacterianos y antiinflamatorios. Puede ayudar a curar el acné, aclara la hiperpigmentación, sirve para la piel opaca, congestionada, inflamada volviéndola suave y radiante con sus propiedades purificantes, antiinflamatorias y antioxidantes. Promueve la microcirculación dentro de la piel, lo que hará que tu cutis se sienta más fuerte y terso. Reduce los círculos oscuros, protege del daño ambiental producido por la exposición al sol, la polución y otros irritantes externos. Previene el envejecimiento prematuro promoviendo la producción de colágeno y elastina. También puede ayudar con la psoriasis y el eczema.

JENGIBRE

El jengibre te quita años y arrugas.

Ralentiza el envejecimiento: Contiene gingerol, un antioxidante que protege tu piel del daño de los radicales libres y previene la degradación acelerada de colágeno. Reduce la inflamación: Cuando tu cuerpo está hinchado e irritado, pueden aparecer granos, arrugas prematuras y sequedad. Activa la circulación: Acelera la circulación de la sangre. Esto ayuda a que llegue más oxígeno a las células, y le da un aspecto radiante a tu cutis, como de aire fresco.

ACEITE DE OLIVA

Las propiedades del aceite de oliva para la piel lo convierten en un aliado perfecto para nuestro ritual de belleza diario. Gracias al uso de este producto, completamente natural, conseguirás que tu piel luzca hidratada y sana. Nutre la piel a la perfección y es ideal para hidratar pieles sensibles: Sus propiedades humectantes y nutritivas para la piel, debido a su alto contenido en Vitamina A y E, logran que luzca con un aspecto saludable al dejarla suave, flexible y radiante. Aliado contra el envejecimiento de la piel: Las propiedades del aceite de oliva son excelentes para frenar el envejecimiento de la piel. Contribuye a equilibrar los radicales libres, previniendo el daño y recuperando la piel. También ayudan a aclarar las manchas que hayan aparecido en la piel de forma natural, bien sea por antiguas heridas o por los efectos del sol.